Escribir siempre fue ese escape de la mente,
así fuera a una tercera persona que no lee
a un dios que no es omnipotente porque no escucha
a un ave que se dibuja solitaria en el cielo
surcando en el aire símbolos sin tragedias
y un infinito.
Muchos años atrás la mente divagaba en buscar el fin,
finalizar el infinito en magnifica epopeya
finalizar en los pensamientos consumidos de alcoholes y humos
finalizar el infinito en pensamientos de ellas
de aromas inquietantes de sus curvas, de sus pieles, de sus caderas.
Mi infinito no finalizaba nunca aunque me esforzara en conseguirlo
porque es de Titanes recurrir a esos objetivos y desesperadamente alcanzar esas utopías.
Entonces.. vigilo distante esa estrella que se oculta en las nubes
se hace luciérnaga en la noche mientras se marcha tras el deseo
y dibujo en el aire su significado pues no quiero que termine
no quiero que finalice el infinito y se marché en silencio.
Sería extraño el final de un infinito... no hagas que muera..
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