Solo anhelo acostarme sobre tus pies
cerrar los ojos y esperar la noche
entonces abrirlos y que no haya nada, nada
solo tu.
Como una rosa cubierta por el rocío de estrellas
para en aquel instante mirar tus profundos ojos negros
y perderme en su abismo infinito de dulces recuerdos
gratas caricias, mezcladas en el mar de tus ojos,
el silencio de tus palabras.
Me acercare entonces a tu corazón palpitante de alegría y dicha,
a tus pensamientos ocultos y divinos,
a tu rostro para besar tus dulces labios sangre,
sumirlos con los míos en un abrazo sin fin.
Allí mi corazón llorara por dentro de felicidad por ti,
mi espíritu se inquietara de nuevo y redescubriré la vida
cerrare mis ojos nuevamente y finalizara mi infinito... en ti.
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